miércoles, 19 de marzo de 2014

Bitácora de Bolivia / Transpiración y cera quemada



Saliendo del hostel y caminando por la avenida principal hacia arriba llego a la iglesia de Copacabana. En la puerta está lleno de camionetas 4x4 con banderitas y muchas flores.

En el interior, muchas personas escuchando la misa, son las 11 de la mañana de un domingo. Pero saliendo del interior y bajando una escalerita angosta hasta el subsuelo puedo entrar en una gruta llena de fieles y velas encendidas, las paredes negras por el hollín y el olor a cera quemada y transpiración de muchos cuerpos es penetrante. La energía es fuerte y mi piel siente a través de los poros una fina corriente de tradiciones ancestrales de la tierra entrelazadas con cruces cristianas igual de antiguas.

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