Ni las mejores pieles,
las mas elaboradas y
mejor tejidas,
lograran proteger esos delicados huesos de papel
que quieren ser
eternos.
No hay ojos firmes ni gargantas
ni tripas fuertes que puedan seducir a la muerte.
Y me alegro.
Y celebro que
solo hay orgullosas intenciones.
Un firme piso hecho de nada.
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