Esta
amaneciendo, el sol sale de mi derecha y María me despierta para que mire por
la ventanilla del ómnibus.
Veo
a mi izquierda los primeros cerros cada vez más grandes y con el avance de los
kilómetros la ruta trepa y caracolea por un paisaje espeso y empinado.
Desde
la ventanilla del bus puedo ver en el horizonte una tormenta eléctrica que
rodea un cielo azul y plomizo mientras comienza a llover y falta una hora para
llegar a San Salvador de Jujuy.
Siento
que estamos entrando al interior del viaje, desde que salimos de Montevideo
ayer en la mañana.
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