En medio
del desierto de sal la inmensidad confunde el horizonte y el terreno suavemente
se vuelve color naranja porque estamos entrando en atacama a kilometros de la
frontera con Chile.
Paramos
para mirar el paisaje y todo resulto demasiado grande para mis sentimientos.
Pude
sentir como la tierra con piedras se desprendia de mis manos a pesar de que los
dedos se cerraban con rabia mientras mi cara se mojaba de lagrimas secas que el
aire cortaba al instante y cualquier grito de guerra no era nada frente a todo
eso y yo no era nada.
El llanto
me cubrio y dejo mi cuerpo en un piso de piedras secas.
Quede
vacio y nada superaria esa experiencia, quise morir ahi tirado en la tierra
mirando el azul del cielo sabiendo que ninguna cosa material compraria mi alma
pero segui viviendo y suavemente la mezquindad envolvio mis huesos lentamente.
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